Cuando nacemos somos unos bebés, y aunque no nos acordamos de eso, sabemos que así fue, luego crecemos, estudiamos, nos enamoramos, tenemos familias y trabajamos. Así mismo, la vida continúa y nosotros no nos detenemos.
La vida es corta, eso siempre nos lo dicen, que vivamos nuestra vida, que busquemos la felicidad y un trabajo con un sueldo justo, pero casi nunca se logra eso, ¿por qué? Porque sin pensarlo, nos estamos convirtiendo esclavos de nuestro dinero, teléfonos, jefes y más; estamos dejando pasar la vida y en el proceso vamos dejando de valorar lo que verdaderamente importa.
No obstante, todo tiene una solución, debemos tener siempre en cuenta estás 3 lecciones:
1. ¡Date el valor que mereces!
2. ¡Disfruta del momento!
3. Deja un rato el celular
4. Disfruta el tiempo con tus seres queridos, quien sabe si su tiempo o el de nosotros acabe pronto.
5. No vivas para trabajar, trabaja para vivir.
Nadie es perfecto, todos cometemos errores y cada día es una nueva oportunidad para vivir. Disfruta hasta del más mínimo momento, atrévete a lograr tus metas y elige cada día ser mejor aunque sin hacerle daño a alguien.
Te lo recuerda “Soy Feliz Sonriendo”
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